El sentido de pertenencia significa arraigo a algo que se considera importante. Desde el punto de vista social, representa el sentimiento que tiene una persona por el grupo humano o contexto al que se siente ligado por unos determinados valores culturales, históricos, familiares, entre otros. El principal y más importante núcleo de configuración de este sentido es la familia. Quienes aspiramos a una vida en comunidad, tenemos que luchar por conservar nuestro sentido de pertenencia, que nos ayuda a mantener la cohesión humana, iniciando nuestro trabajo con la familia y proyectando este accionar, hacia nuestra participación en las actividades y organizaciones comunales, religiosas, estudiantiles, de voluntariado, culturales o recreacionales de nuestro entorno.
Estas acciones son una manera de fortalecer ese importantísimo sentido de pertenencia, como generador de cohesión intra e intergrupal, que al mismo tiempo que afianza nuestra identidad personal, nos permite ser más útiles a nuestros semejantes. El sentido de pertenencia fortalece el sentimiento de que todos somos uno, que es como decir que al pertenecer a este mundo que Dios nos dio por heredad, todos nos pertenecemos y, por tanto, debemos querernos y socorrernos mutuamente. Este proceso se inicia, entendiendo los elementos clave de colaboración, cooperación, corresponsabilidad, comunicación y cohesión, en un solo equipo. El trabajo en equipo es vital para el éxito de toda comunidad. La mayor parte de las personas tiene conciencia de que "la suma es siempre superior a las partes", pero, ¿cuántos estamos realmente involucrados o conscientes de este proceso sinérgico?