viernes, 17 de enero de 2020

Maestro…

Ser maestro tiene muchos significados. Para algunos son signos de sabiduría, de gratitud; para otros, representan una marca imborrable. Podemos decir que es el que motiva y activa los aprendizajes en sus estudiantes. Pero no solo es la persona que tiene la formidable misión de educar a las futuras generaciones, a los futuros profesionales del país; sino que además, en su labor como maestro, debe entregar reportes, organizar  festivales, eventos deportivos y culturales, ser promotor de la lectura, de la salud, de los valores, entre muchas otras responsabilidades.

En este sentido, son diversos los ámbitos en los que debe incursionar el maestro, cargado de optimismo, creatividad e innovación, que le permita desplegar sus potencialidades tanto como persona como profesional docente. Siendo así, el maestro en la esfera personal debe cuidar su imagen como agente fundamental dentro de la sociedad, ser una persona responsable, respetuosa e ilustrada, es decir, actuar con decoro, equilibrio emocional, empatía y  demostrar su formación idónea, ética y de calidad. Por lo cual, su formación debe ser continua, dando preeminencia a la innovación, al pensamiento divergente, creativo y crítico. Debe poner en práctica la investigación y convertirse en un agente de cambio y de interacción social constante. 

En el aspecto profesional, debe cumplir diferentes funciones que le permitan aplicar acciones como planificar, evaluar, mediar, para que los estudiantes obtengan un aprendizaje para toda la vida. El docente va a ser la guía para que sus educandos sean capaces de desarrollar un pensamiento crítico y una formación integral. Para tales fines, debe enfocar su praxis a la investigación acción, tomando en cuenta que un error es una oportunidad para crecer. De igual modo, debe ser organizado para mostrarle a los estudiantes las diversas opciones que pueden adoptar, evaluando los posibles escenarios y mostrando las diversas posturas del pensamiento. El maestro debe ser un motivador persistente, sin mostrarse agresivo, dándole la oportunidad a todos de participar de forma activa y constructiva. Es necesario que el maestro pueda crear en el aula una atmósfera que invite a todos a investigar, a aprender, a construir su aprendizaje, y no sólo a seguir lo que él hace o dice. El rol del maestro no es sólo proporcionar información y controlar la disciplina, sino ser un mediador entre el estudiante, el aprendizaje y el contexto.

Como puede observarse, es muy amplia la gama de acción del maestro, por eso Albert Einstein reconocía que “El arte supremo del maestro consiste en despertar el goce de la expresión creativa y del conocimiento”. Verdaderamente, el maestro es un artista que diariamente te invita a participar en un escenario con presencia viva y activa, que demarcará el guion de tu corazón y de tu diario vivir con su actuación. El maestro es un ejemplo a seguir, y como tal, debe cumplir con los roles y funciones que ligeramente he mencionado. Para culminar, comparto este hermoso poema:
Maestro…
Enseñarás a volar, pero no volarán tu vuelo.
Enseñarás a soñar, pero no soñarán tu sueño.
Enseñarás a vivir, pero no vivirán tu vida.
Sin embargo…
En cada vuelo, en cada vida, en cada sueño,
perdurará siempre la huella del camino enseñado.
Madre Teresa de Calcuta
¡Feliz día Maestro!