viernes, 10 de abril de 2020

Comunicación didáctica en tiempos del Covid-19

      Los docentes podemos ser considerados como estilistas de almas, hacedores de sueños, exploradores de horizontes, interrogadores de realidades… Es así, como hoy nos corresponde interrogarnos acerca de esta realidad que nos ha correspondido vivir; una realidad que nos llegó de forma sorprendente y arrasadora: el Covid 19, el cual nos ha llevado a distanciarnos de ese tesoro tan preciado que guía nuestra esencia profesional. Ante esto, nos activamos, porque no solamente se trata de las emociones y querencias de nuestros estudiantes, también están inmersas nuestras familias, amigos, nuestro ser..., el mundo entero. 
       En tal sentido, tenemos que hacer uso de la varita mágica que Dios nos ha dado y que nos convierte en los alumbradores de esperanzas, de potencialidades y habilidades. Ese querer hacer o vocación de servicio, nos lleva a replantear, sobre la marcha, nuestra manera de “continuar haciendo lo que hacíamos”, a enfrentarnos con nosotros mismos y a mirar las posibilidades que están a nuestro alcance y al alcance de los estudiantes para restablecer la comunicación didáctica que está siendo interferida por esta pandemia mundial, con la mirada puesta en los caminos y horizontes del mañana. 
  Desde mi particularidad, debo confesar que no ha sido fácil. Se han alterado aspectos cotidianos, de movilidad, económicos y emocionales significativos;  sin embargo, he podido  sobreponerme a lo individual y mover la varita mágica, sacudiéndola y activando la energía positiva para seguir adelante, tomando; eso sí, las previsiones de salud que han recomendado los especialistas. Es por ello, que la comunicación ha venido a tomar parte importante en este accionar diario, una comunicación a distancia que se ha convertido en amparo, y al mismo tiempo, proyección de cada persona, construcción y articulación de alternativas entre las brechas comunicacionales que  ha desenfrenado esta pandemia.
Asumimos el reto, empujados por la realidad, de garantizar la prosecución de estudios de nuestros estudiantes unergistas a través de mecanismos multimediáticos y digitales.  Tuvimos que asumir escenarios digitales, a distancia, que nos posibilitaran el vínculo con los estudiantes para proseguir con el periodo académico. Los chats, vídeos, mensajes de textos, llamadas telefónicas, correos electrónicos, se han convertido en nuestros aliados para la comunicación didáctica, reconociendo que el componente tecnológico y la conectividad nos la han puesto más rudo. Pese a esto, la mayoría de los estudiantes han comprendido el desafío y se han conectado con la misma meta: garantizar los procesos de enseñanza y de aprendizaje en un escenario distinto, respetando las recomendaciones y resguardando nuestras vidas.
Es indiscutible que, ante la emergencia de salud y el decreto de aislamiento social, recurrimos a los medios tecnológicos y digitales para garantizar el derecho a la educación. Como mencioné, la mayoría de los estudiantes y también los docentes cuentan con computadoras, teléfonos, conexión a internet; pero ¿y los que no tienen conectividad o viven en el campo? Este es otro desafío que se nos presenta no solo a los docentes, sino también a los entes gubernamentales y autoridades académicas, a quienes les compete la generación de políticas y acciones educativas que hagan viable la puesta en práctica de la comunicación didáctica en los nuevos escenarios a distancia. De no hacerlo, estaríamos siendo cómplices de profundizar las desigualdades sociales, pero de no hacer nada, mucho más aún. Por ello, desde nuestras posibilidades como docentes hemos abierto el compás para dar oportunidades a los estudiantes y activar los correos educativos, no solo digitales y tecnológicos, sino también de “entrega puerta a puerta”; alternativa que se ha dificultado por el tema de combustible.
Pero bien, seguimos con pie firme. ¡Confiando en Dios para que esto pase pronto! Una situación que nos ha trastocado las bases, que nos ha llevado a tocar fondo y resurgir para seguir adelante. Los días pasan y los procesos educativos van a seguir. Cada uno de nosotros debemos revisarnos y poner en práctica los elementos que tengamos a la mano para garantizar la continuidad de nuestros compromisos; dentro de nuestras posibilidades, con fe, entusiasmo y con la visión puesta en el futuro, en el día después de la pandemia. Unámonos con alternativas, ideas viables y actitud propositiva para salir airosos de esta experiencia, que nos dejará un gran aprendizaje: el respeto y valoración a la vida.