jueves, 2 de julio de 2020

El teléfono inteligente como herramienta de apoyo para la enseñanza y el aprendizaje

El fenómeno de la tecnología celular en los últimos años ha tenido un acelerado crecimiento y una amplia aceptación, debido a su gran capacidad de comunicación, procesamiento y almacenamiento, al manejo de contenidos multimedia y a la facilidad para integrarse a redes inalámbricas. En la familia, en el trabajo, entre nuestras amistades, en la escuela y en la universidad, podemos ver que el teléfono inteligente se ha ganado un espacio privilegiado. 

Esta tecnología de comunicación nos ha abierto un abanico inimaginable de oportunidades en el ámbito educativo y se ha convertido en la herramienta aliada de docentes y estudiantes, para hacerle frente al Covid 19, desde nuestras casas,  manteniendo el aislamiento social, pero comunicándonos en cualquier momento.

De acuerdo con investigaciones, el uso del teléfono celular en el aula de clases era considerado como un distractor educativo, no obstante, respecto a la realidad actual, este dispositivo nos ofrece aplicaciones susceptibles de apoyar cualquier modalidad educativa, en especial cuando se trata de educación a distancia. Por la riqueza potencial que brinda como herramienta pedagógica, diversos autores han aportado elementos teóricos que le abonan a una caracterización del proceso educativo con mediación de dispositivos celulares. Entre ellos, Brown (2005), quien considera que el proceso de aprendizaje de los individuos con mediación de dispositivos portátiles, es una actividad relacionada directamente con el manejo de información y la comunicación disponibles. 

Para este autor, el éxito de este proceso se alcanza cuando los individuos son capaces de resolver problemas contextualizados en su vida real, de comunicar la información y conocimientos encontrados, además de colaborar con otros individuos en su proceso de aprendizaje. Este tipo de comunicación facilita la formación de redes sociales, que genera posibilidades infinitas de interacción entre los mismos estudiantes, entre estudiantes-docentes y expertos. 

Es así como el teléfono inteligente o smartphone no viene a sustituir a ningún medio de aprendizaje, sino a ofrecer un recurso adicional de apoyo a los procesos de enseñanza y de aprendizaje en medio de la pandemia. Con esta tecnología móvil docentes y estudiantes hemos podido mantener la comunicación; obtener el acceso a la información a través de internet;  la organización mediante el manejo de contactos, uso de agenda y recordatorios; compartir audios, videos, video-llamadas, infografías, fotografías, visualizar documentos, consultar con compañeros vía voz o mensajes cortos (SMS), establecer conferencias, foro-chat, entre otras.

Pese a esta utilidad del dispositivo móvil en referencia, también hay que comentar que no todos los docentes ni estudiantes lo poseen, situación que ha creado desventaja y exclusión, debido a que no han podido recibir y compartir informaciones valiosas para su formación. Aunado a esta limitante, también está el hecho de que, los que contamos con  el teléfono, nos enfrentamos a elevados costos por tiempo de conexión y consumo de datos móviles; además, algunas especificaciones técnicas de los teléfonos celulares suman a la problemática, en especial la dificultad para escribir, la corta duración de la batería y los problemas de conectividad, que son limitantes significativas.

Ante este escenario, el llamado es a los entes gubernamentales y a las empresas de telefonía celular, para que en alianza estratégica se puedan encontrar las mejores vías para que los dispositivos de telefonía celular puedan funcionar como una herramienta de apoyo a la innovación pedagógica; para lo cual deben ampliarse los planes de megas, abaratar costos, promover estrategias para que más personas puedan adquirir los dispositivos; especialmente, deberían crearse directrices y políticas educativas que permitan dotar a los docentes y estudiantes de estos importantes equipos de tecnologías y comunicación con miras al desarrollo de situaciones didácticas y de aprendizaje susceptibles de apoyarse en las TIC para garantizar la formación de los ciudadanos en espacios virtuales apropiados, desde la distancia.

Referencias
Brown, T. (2005). Más allá del constructivismo: explorando paradigmas de aprendizaje futuros. Educación hoy, N° 2. Disponible en: http://pedagogy.ir/images/pdf/beyond_constructivism.pdf