En
el año 1869, la Villa de Todos los Santos de Calabozo, se vistió de júbilo por
el Nacimiento de Francisco Lazo Martí, y es un 14 de marzo, que el cálido
abrigo de su ciudad natal, le da la bienvenida a quien, años más tarde, sería
el poeta, médico y máximo representante del nativismo criollo venezolano. Cursó
sus estudios en el Colegio de Primera Categoría de Calabozo, teniendo la gran
oportunidad de estudiar medicina en esta misma población y graduarse como
médico, cuyo título le fue otorgado por la Universidad Central de Venezuela, a
la edad de 20 años.
Desde
temprana edad, siente atracción por la escritura y la utiliza como vía para
expresar sus sentimientos de contemplación del paisaje llanero y también como
medio de oposición a las injusticias sociales. Es así como se inicia, en el año
1892, fundando el periódico El Legalista, a través del cual mostró su apoyo a Joaquín
Crespo y a la Revolución Legalista, a través de este medio de comunicación, promueve campañas contra el continuismo del
Presidente Raimundo Andueza Palacio. En su faceta de periodista también
colabora con el periódico El Cojo Ilustrado, donde realiza diversas publicaciones.
Con
el triunfo de los legalistas, Lazo Martí no optó por cargos políticos, prefiere
ejercer su profesión como médico en los pueblos llaneros Puerto Nutrias y
Soledad, en los que permanece entre los años 1893 y 1897. En este último año,
regresa a su cuna natal y se casa con Francisca Rodríguez, conocida como "Panchita".
En 1900, Panchita presenta síntomas de tuberculosis. Lazo la lleva a un hato de
Calabozo, pero la enfermedad no cede y fallece en 1903. En esta ciudad el poeta
dicta clases de literatura en el Colegio de Primera Categoría, colegio de donde
egresó y en el cual también cumplió funciones como sub-Director. A finales de 1904
se mudó a Puerto Nutrias y, en 1905, se casó con Veturia Velazco Campins.
La
obra poética de Francisco Lazo Martí deja ver sus querencias, su apego por lo
autóctono, por el suelo llanero, además de sus sentimientos y males que lo
aquejan. Sus poemas “Crepusculares” los escribió
entre los años 1893 y 1894, al mismo tiempo que ejercía su profesión como médico
en San Fernando de Apure; lugar donde pudo apreciar el crepúsculo más
esplendoroso que se dibuja en la inmensidad de estas pampas. Por su parte, “Veguera” y Estival son
publicados en el Periódico El Cojo Ilustrado, el primero en septiembre de 1897, y el segundo
en diciembre de ese mismo año.
Su
obra cumbre “Silva criolla a un bardo amigo”, la publica en el año 1901, en este
extenso poema, Lazo Martí insta a su amigo, que se quedó en la ciudad, para que
regrese a su pueblo y pueda disfrutar de sus inmensas bondades y, al mismo
tiempo, se aleje de la corrupción que reina en la ciudad y venga a contribuir
con su gente humilde y necesitada. Igualmente, en esta hermosa composición
describe la sabana, la flora y la fauna llanera de forma magistral. Existe, además
un entramado de simbologías que le permite plasmar sus inquietudes por la vida
y la muerte, dibujando con palabras la cosmogonía llanera, a través de metáforas
que integran la realidad con la abstracción de su pensamiento de hombre
llanero, defensor de su terruño. De acuerdo con algunos historiadores, Silva criolla
a un bardo amigo, promovió el movimiento literario de la poesía criollista en
Venezuela; por lo que, Lazo Martí fue reconocido como el máximo exponente del
nativismo criollo.