miércoles, 15 de marzo de 2023

A los 154 años del natalicio del poeta calaboceño Francisco Lazo Martí, máximo representante del nativismo criollo.

 

En el año 1869, la Villa de Todos los Santos de Calabozo, se vistió de júbilo por el Nacimiento de Francisco Lazo Martí, y es un 14 de marzo, que el cálido abrigo de su ciudad natal, le da la bienvenida a quien, años más tarde, sería el poeta, médico y máximo representante del nativismo criollo venezolano. Cursó sus estudios en el Colegio de Primera Categoría de Calabozo, teniendo la gran oportunidad de estudiar medicina en esta misma población y graduarse como médico, cuyo título le fue otorgado por la Universidad Central de Venezuela, a la edad de 20 años.

Desde temprana edad, siente atracción por la escritura y la utiliza como vía para expresar sus sentimientos de contemplación del paisaje llanero y también como medio de oposición a las injusticias sociales. Es así como se inicia, en el año 1892, fundando el periódico El Legalista, a través del cual mostró su apoyo a Joaquín Crespo y a la Revolución Legalista, a través de este medio de comunicación,  promueve campañas contra el continuismo del Presidente Raimundo Andueza Palacio. En su faceta de periodista también colabora con el periódico El Cojo Ilustrado, donde realiza diversas publicaciones.

Con el triunfo de los legalistas, Lazo Martí no optó por cargos políticos, prefiere ejercer su profesión como médico en los pueblos llaneros Puerto Nutrias y Soledad, en los que permanece entre los años 1893 y 1897. En este último año, regresa a su cuna natal y se casa con Francisca Rodríguez, conocida como "Panchita". En 1900, Panchita presenta síntomas de tuberculosis. Lazo la lleva a un hato de Calabozo, pero la enfermedad no cede y fallece en 1903. En esta ciudad el poeta dicta clases de literatura en el Colegio de Primera Categoría, colegio de donde egresó y en el cual también cumplió funciones como sub-Director. A finales de 1904 se mudó a Puerto Nutrias y, en 1905, se casó con Veturia Velazco Campins.

La obra poética de Francisco Lazo Martí deja ver sus querencias, su apego por lo autóctono, por el suelo llanero, además de sus sentimientos y males que lo aquejan.  Sus poemas “Crepusculares” los escribió entre los años 1893 y 1894, al mismo tiempo que ejercía su profesión como médico en San Fernando de Apure; lugar donde pudo apreciar el crepúsculo más esplendoroso que se dibuja en la inmensidad de estas pampas.  Por su parte, “Veguera” y Estival son publicados en el Periódico El Cojo Ilustrado,  el primero en septiembre de 1897, y el segundo en diciembre de ese mismo año.

Su obra cumbre “Silva criolla a un bardo amigo”, la publica en el año 1901, en este extenso poema, Lazo Martí insta a su amigo, que se quedó en la ciudad, para que regrese a su pueblo y pueda disfrutar de sus inmensas bondades y, al mismo tiempo, se aleje de la corrupción que reina en la ciudad y venga a contribuir con su gente humilde y necesitada. Igualmente, en esta hermosa composición describe la sabana, la flora y la fauna llanera de forma magistral. Existe, además un entramado de simbologías que le permite plasmar sus inquietudes por la vida y la muerte, dibujando con palabras la cosmogonía llanera, a través de metáforas que integran la realidad con la abstracción de su pensamiento de hombre llanero, defensor de su terruño. De acuerdo con algunos historiadores, Silva criolla a un bardo amigo, promovió el movimiento literario de la poesía criollista en Venezuela; por lo que, Lazo Martí fue reconocido como el máximo exponente del nativismo criollo.